Diferentes estudios han demostrado que una taza de te ofrece mucho más que una simple solución de cafeína pudiendo ser nuestro mejor aliado para mantener una salud integral. Si quieres cambiar la cafeína por el té no deberías en dudarlo, puesto que el té reduce el riesgo de enfermedades del corazón, hidrata el cuerpo, evita la caries dental, al ingerirla por la mañana te adelgaza, te protege contra el cáncer, sobre todo y lo más importante te ayuda a despertar tu mente y agilizar tu memoria. A continuación te mencionaré seis hierbas que te permitirán potenciar tu supermemoria tomando una taza de té por las mañanas. Ginkgo Biloba: Ha quedado demostrado que esta hierba permite proteger las células nerviosas, causando un efecto eficiente en pacientes con demencia y Alzheimer. Es ideal para la retención de la memoria. Ginseng : El mejor para proporcionar energía así te permite mantener una agudeza mental. Gotu Kola : Muy conocido por se utilizado en el
Las técnicas de lectura rápida o ágil se basan en dejar de lado supuestos errores que los lectores cometen y que les llevan a gastar un tiempo excesivo frente a las páginas. Felipe Bernal Montes, responsable de la web LecturaAgil.com, enumera 21 errores, que se dividen entre los del lector básico y los del avanzado.
El primer grupo está compuesto por:
Estas cuestiones, según Bernal, impiden alcanzar el promedio normal de 250 palabras por minuto.
Entre los errores del lector avanzado, por su parte, se encuentran:
En teoría, erradicar estos errores del lector avanzado es lo que permite dejar atrás la media de 250 palabras por minuto y llegar hasta las mil o ir incluso más allá. Y esto se logra, por ejemplo, al reducir el número de fijaciones oculares: el objetivo es que una misma fijación permita capturar no una palabra, sino un conjunto de palabras, incluso párrafos enteros.
Por otro lado, Bernal asegura que "la lectura lenta no mantiene el cerebro lo suficientemente ocupado, por lo que empieza a pensar en cualquier cosa, menos en lo que estamos leyendo".
Esa desconcentración, a su vez, crea una especie de círculo vicioso, ya que ralentiza aún más la lectura.
El primer grupo está compuesto por:
- Silabear o fragmentar las palabras.
- Saltarse renglones.
- Mover la cabeza para acompañar la lectura.
- Vocalizar los sonidos que se leen, ya sea en voz alta o mentalmente.
Estas cuestiones, según Bernal, impiden alcanzar el promedio normal de 250 palabras por minuto.
Entre los errores del lector avanzado, por su parte, se encuentran:
- Un exceso de fijaciones oculares: detener la vista en cada palabra que se lee y no en los bloques de texto.
- Retroceder y releer por falta de concentración.
- Insuficiencia de vocabulario.
- No saber para qué se lee; para Bernal, saber qué se quiere aprender es clave para leer más rápido un texto.
- No hacer un calentamiento previo -como un deportista- antes de una larga sesión de lectura o estudio.
En teoría, erradicar estos errores del lector avanzado es lo que permite dejar atrás la media de 250 palabras por minuto y llegar hasta las mil o ir incluso más allá. Y esto se logra, por ejemplo, al reducir el número de fijaciones oculares: el objetivo es que una misma fijación permita capturar no una palabra, sino un conjunto de palabras, incluso párrafos enteros.
Por otro lado, Bernal asegura que "la lectura lenta no mantiene el cerebro lo suficientemente ocupado, por lo que empieza a pensar en cualquier cosa, menos en lo que estamos leyendo".
Esa desconcentración, a su vez, crea una especie de círculo vicioso, ya que ralentiza aún más la lectura.